Another post in Spanish, this time written by my first teacher in this wonderful profession: José Ángel Chacón Tenllado
El término “Restaurador”, lo define la RAE como persona que tiene por oficio restaurar pinturas, estatuas, porcelanas y otros objetos artísticos valiosos. En este último ejemplo de la definición, “otros objetos artísticos valiosos”, se encuadran perfectamente los instrumentos de arco y los de cuerda pulsada, considerados valiosos artística y artesanalmente, por lo que representan, además de sus valores acústicos, históricos y culturales. En la Luthería, tanto el Constructor como el Restaurador, siendo esta última parte la más compleja de este arte o artesanía, por la cantidad de supuestos que se pueden dar, se desarrolla entre una Formación superior de la elaboración Artesanal en la madera, y otra Formación Musical específica, como se estudia, en los EE UU, Inglaterra, Alemania, entre otros, en Escuelas internacionales, respaldadas por instituciones, Universidades y Asociaciones de reconocido prestigio mundial, con titulaciones superiores especificas en este campo.
Dicho esto y volviendo a la definición de la RAE, tanto en estos Países citados, como en el nuestro, sabemos que todos los instrumentos de arco, por ejemplo, no son Stradivario ni Guarneriu, o Amatis; como también sabemos que todas las pinturas no son de Tiziano o de Goya; ni todas las estatuas son de Miguel Ángel o Benlliuri, y por supuesto, no todas las porcelanas pertenecen a las que trajo Marco Polo de la China,
El problema para la Luthería, empieza cuando surgen unas normas que reservan el término Restaurador, para los titulados en Bellas Artes o similares, sin tener en cuenta que en sus programas de estudio, para estas titulaciones, no figuran, para nada, los instrumentos de Arco. Sin embargo, para los Oficios Artesanales, quien o quienes mandan en el establecer o cambiar las normas, privilegiando aún más las titulaciones, aunque desconozcan la materia, como queda dicho, han destinado el término “Reparador”, de más bajo nivel, cuya definición en la misma Real Academia Española, nos dice “Acción y efecto de reparar cosas mal hechas o estropeadas”, que viene a ser, algo así como el restaurador venido a menos.
En la práctica, esta ambigüedad, nunca afectó para nada a los Luthieres, dedicados a construir o restaurar, o a las dos cosas, ya que se viene usando de toda la vida, y es más, a ninguna Compañía de Seguros, o algún propietario de un instrumento de valor, cuando necesita valorar un instrumento, o tener un certificado de autenticidad, presupuestar una restauración, o realizarla, nunca recurriría a titulados, solo por el hecho de serlo. Siempre se dirige a un Maestro Luthier de reconocido prestigio, este titulado o no. Pensando en determinadas leyes o normas, no sería de extrañar, que un día, alguien, nos diga que nuestro trabajo no es válido, hasta que no tenga la supervisión y firma de un Perito, aunque sea Agrícola, que además cobraría por su firma, como los Agentes de Aduana, por poner un ejemplo de algunos cargos que se inventan en España para mantener algunas titulaciones; lo digo tal y como me lo explicaron en la Aduana italiana, cuando hice el traslado.
En España existe un Instituto Nacional de Cualificaciones de oficios, con un magnífico Equipo Técnico, que selecciona a otro Equipo de Profesionales, de reconocido prestigio en el oficio a cualificar, del que he formado parte. Dicho Equipo, nos fue explicando la metodología, dentro del programa a seguir, en el proyecto de elaboración artesanal de instrumentos musicales de arco, para cualificarlo en la familia de Artes y Artesanías, con nivel 3, como máximo
A las varias reuniones, en las que aprendimos mucho los dos Equipos, surgió el término de Restaurador, en nuestra labor de cualificación, y fue una sorpresa, para los Luthier de instrumentos de arco, enterarnos por primera vez, que el término restaurador, tenía un nivel 4, y que estaba reservado solo para los titulados superiores; nosotros, por tanto, al pertenecer a la familia de Artes y Artesanías con nivel 3, solo nos autorizan a usar el término Reparador. El error básico, que nos distancia de los demás Países, lo encuentro en el encuadre de instrumentos de Arco, íntegro, dentro de la familia de Artes y Artesanías, donde se encuadra, sin tener en cuenta su vinculación con la Formación Musical.
En torno a estas valoraciones, me vino a la memoria que el Luthier francés Vatelot, que últimamente había restaurado, en Paris, los instrumentos del Palacio Real, al ser titulado como Luthier en Francia, sin duda, se le daría el nivel 4, por haber restaurado unos instrumento, construidos en Cremona, (Italia), por un Luthier llamado Antonio Stradivario, con nivel 3.
Volviendo al Reparador de cosas mal hechas o estropeadas, que por su encuadre, se les abren las puertas a las Escuelas de Formación Artesanal, que en su mayoría tienen como meta principal la Inserción Laboral1 . Para que puedan ampliar su proyecto, de oficios derivados de la elaboración de la madera2 , con la especialidad de “Escuela de Mantenimiento y Reparación de Instrumentos Musicales”, donde pueden aumentar el número de alumnos con el mismo perfil de los que seleccionan cada año, utilizando programas, con algún retoque y reciclaje de los que ya tienen, y se aplican a los oficios dedicados a la madera, en la llamada “Ebanistería”.
Ante esta realidad, con el sambenito de Reparador, ya se pueden hacer Escuelas con los medios existentes, sin un reconocido Maestro Luthier, que pueda impartir esta particular enseñanza, olvidando la formación musical y otras asignaturas, que sean integradoras en esta otra Artesanía, Arte, Oficio o como se le quiera llamar a la Luthería.
Mientras esto siga así, con estos medios, estas Escuelas no podrán hacer milagros, más bien crear una enorme confusión, y mientras los alumnos que salgan con los conocimientos adquiridos, se dediquen al montaje y reparación de instrumentos de fábrica, el riesgo es menor, aún así, un montaje deficiente puede tener repercusiones bastante negativas para el alumno que inicia sus estudios musicales con uno de estos instrumentos, que no esté montado con la pericia del Luthier.
La mejor solución, a mi humilde entender, antes de que se incluya en la programación formativa, sin los medios necesarios, una Escuela de Reparación y Mantenimiento de Instrumentos Musicales, sería que este Equipo “preparado para la Formación de Oficios Artesanales, en la elaboración de la Madera”, eligiesen otra Artesanía, más de acuerdo con los medios disponibles, dejando lo relacionado con la Luthería, para cuando se pueda poner en marcha una Escuela más cercana a los países de nuestro entorno, con otras ideas más claras, sobre lo que significa la Restauración de instrumentos Musicales, para evitar la posibilidad de que algún instrumento de valor, cayese en manos de alguien, para su “Reparación”, sin estar preparado, pues podría terminar como el Cristo del siglo XIX, en Borja, al parecer de escaso valor, pero podríamos preguntarnos ¿y si hubiese sido un Murillo?
Si en estas reflexiones mías, existiese algo que pudiese ser ofensivo para alguna Institución laboral o de Enseñanza Profesional, ruego que sepan perdonar a este viejo artesano, que sigue luchando por lo que cree y ama.
Sevilla 6 de Noviembre del 2013.-José Ángel Chacón Tenllado
____________________________________________________________________________
1 Después de la trasformación de la Ebanistería, en sus dos vertientes que hoy conocemos, y que se inició allá por la primera mitad del siglo XX, cuando todavía, la Ebanistería se podía considerar cuna de los mejores Maestros de la Guitarrería, hasta llegar al llamado Bricolaje, como primera vertiente casera, y al mueble de consumo, producto de la trasformación de la madera, con la incorporación de otros materiales elaborados con la más avanzada tecnología, como la segunda vertiente, se han hecho Escuelas de “Ebanistas en Andalucía central, pensando en Lucena, para crear empleo inmediato y abastecer de mano de obra esta brillante industria del muebla lucentino, que se inició con el desarrollo de la Costa del Sol y el llamado mueble Castellano. Al iniciarse esta nueva industria del mueble de construcción rápida, con un mínimo de tecnología, para suministrar toda la demanda de aquellos muebles baratos, se vieron obligados a convertir a cientos de campesinos en improvisados “ebanistas”.
Poco a poco, aquellos muebles castellanos, una vez saturada la Costa del Sol, de este montón de leña, este pueblo de magníficos trabajadores, con una mecanización mejor, consiguieron desarrollar el mueble llamado Provenzal de más calidad. A partir de aquí, y en periodo de bonanza, se permitían contratar a los alumnos de estas Escuelas haciéndole contratos, según comentario de algunos alumnos, por el tiempo que solían durar los beneficios fiscales. Lo digo como me lo ha contado algún empresario, que puso en práctica este sistema de contratación, también con la idea de hacer fijos a los alumnos más destacados. Con la llegada de la crisis, aquellos ebanistas improvisados, han vuelto a coger aceitunas y los que no conocían la Agricultura al paro.
2 Los oficios derivados del material más noble que nos brinda la Naturaleza, siempre han sido la Cenicienta de las Artesanías, comparada con la Cerámica en sus distintas especialidades, que es lo primero que surge cuando se habla de Artesanía, artesanías que admiramos todos y que yo conozco solo, por haber convivido con magníficos profesores de la Cerámica en todas sus especialidades.
En cuanto a la madera, quizás por el hecho de que siempre estuvo al alcance de todos, artesanos, aficionados, o incluso del niño, que con una determinada rama y una navajilla, se ha podido hacer un tira chinos. Nunca se le dio mucha importancia, quizás porque no es necesario someterla a ninguna transformación Sin embargo la arcilla, una vez preparada, se puede modelar cuantas veces haga falta hasta conseguir los fines propuestos, Solo necesita de una transformación, con los tratamientos térmicos, para convertirla en cerámica.,
El siguiente ejemplo relacionado con la madera, que lo viví yo, cuando tenía 18 años, ya no es una hipótesis: En la Escuela de Formación Profesional, que si la memoria no me falla, se inauguró en Málaga, en 1948-49. Allí todos querían ser Ajustadores, Fresadores, Soldadores etc, cualquier cosa menos Carpinteros. Entonces la madera, ya era la Cenicienta de los oficio artesanales.
En este taller conocí a José Calle Ramos, que por haber cometido algunas travesuras de niño, lo castigaron al taller de Carpintería. Resignado a convertirse en carpintero, yo lo convencí para que se hiciese Modelista en Madera para Fundición, como yo, que ya llevaba dos años. Digo esto, porque este amigo mío y colega entonces, murió antes de la jubilación, siendo el mejor Modelista de Málaga y uno de los mejores Artesanos que yo he conocido.
La Escuela Artesana en la Elaboración de la madera, que sería necesaria, puesto a pedir con nostalgia, que tuviese una enseñanza superior en el trabajo manual de la madera, de verdad, sin dejar a un lado los avances en su tecnología, o sea el uso de la maquinaria sin abusar de las lijadoras manuales, Escuela que nunca debería olvidar el uso de las herramientas manuales de corte y perfilado y su desarrollo, con sentido de la precisión, y que podría volver a ser cuna de Guitarreros, incluso de Luthier, a falta de completar su formación Musical. En definitiva una Escuela, cuya meta principal sea la Formación teórica y práctica, y la inserción laboral, en este orden de prioridades, con un perfil de alumnos que tenga vocación, y aptitudes, para empezar, y con un Equipo de profesores con el perfil parecido al descrito para los alumnos, además de superiores conocimientos en la práctica y Tecnología de la madera.
Releyendo lo escrito en este último párrafo, reconozco que se trata de una utopía, por tanto, si tenemos en cuenta que competir con empresas, que poseen la mecanización y tecnologías más avanzadas, y que van formando o adaptando la mano de obra necesaria en todo el recorrido de su producción, con sus propios medios; poniendo como ejemplo el IKEA, por ser el que más suena, podríamos preguntarnos, ¿para qué sirven las Escuelas de hoy, que acaban los trabajos lamidos con lijadoras de mano, mientras las herramientas manuales están en vitrinas, como elemento de decoración que guardan reliquias del pasado?, si además a la formación que imparten la llaman “Ebanistería Artística”, para más confusión.